La joven ejecutiva Valerie Sherman no sentía la menor simpatía por Brian Hollander, su atractivo compañero de trabajo, ya que su actitud condescendiente con ella la exasperaba. Debido a ello, no supo si explotar o echarse a reír cuando él le pidió consejo para hacer callar al bebé que tenía en brazos. Valerie sabía menos de bebes que el mismo Brian, sin embargo, la expresión vulnerable y asustada que vio en sus ojos la impulsó a ofrecerle su ayuda. Al representar el papel de padre y madre durante todo un fin de semana vieron el uno en el otro facetas que nunca habían imaginado: él era un hombre tierno y responsable. Ella, lo bastante sincera como para admitir su candente deseo por él.
http://www.mediafire.com/file/mz4mgmmgzmy/Berk Ariel - Sin planes para amar.doc
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