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lunes, 2 de mayo de 2011

Barbara Cartland

Trampa de Amor.


"El conde esquivo".El conde de Helstone, era conocido con ese apodo por su resistencia a dejarse atrapar en las redes del matrimonio. Su única ilusión era a llegar a poseer un caballo capaz de igualar los éxitos del legendario “Eclipse”.Para asistir al Derby aceptó hospedarse en Epsom, en la residencia de Lady Chevington. Pero Carlota, la hija de su anfitriona, le aconseja que rechace la invitación. ¡La ambiciosa señora planea hacerlo caer en una trampa para casarlos a ambos! El conde ignora la advertencia… y el capricho de Lady Chevington da lugar a una serie de dramáticos acontecimientos.
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Sucedió en Berlín.

El lanzamiento a Lord Braydon, en Alemania sobre una misión delicada para el Príncipe de Gales, se encontró en el peligro y enamorado.Jóven, desesperadamente asustada Loelia el Tintero completamente fue determinado para salvar a su padre del asimiento de Kaiser. Lord Braydon la salva de un destino peor que la muerte, y con su padre ellos vuelan para sus vidas cuando parece que sólo un milagro puede salvarlos.

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Peligro en París.

El Conde de Lemsford miró a su candidato a yerno con no disimulado asombro.
—Creo, señor, que ha cometido un error —dijo.
—No lo creo —respondió el joven duque— Era en Lady Antonia, su segunda hija, en quien pensaba.
—¿Antonia?
—Por supuesto —prosiguió el duque—, pero si no desea dar su consentimiento para esa unión…
—Querido amigo, no digo que no pueda casarse con Antonia —se apresuro a contestar el conde—. Sólo pensaba que preferiría a mi hija mayor. No importa... ah, Antonia, deseo presentarte a su señoría, el Duque de Doncaster. Ha venido a pedir tu mano.
—Me siento muy honrada, su señoría —repondió Antonia con suavidad, pero el duque estaba seguro de que le había hecho un guiño travieso.
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Luna de Miel para Uno.


La bella Hester debe casarse con el Conde de Meridan para pagar la deuda que su padre tiene con él, pero Hester tiene novio y su hermana Lucinda ocupa su lugar para salvar a su familia de la ruina. -¡No me casaré con él! La voz de Hester fue creciendo hasta convertirse en un llanto apasionado, mientras las lágrimas resbalaban copiosamente por sus rosadas mejillas. No obstante, la imagen de la joven era tan encantadora, que su padre apartó la carta que tenía en la mano y la miró como si no la hubiese visto nunca.

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